Felicidad

Va de un lado a otro,
como buscando lo que verdaderamente es ella,
juega a movimiento diestro,
sigue viva,
aviva y cautiva,
se mueve.

Su modo verde y natural,
vibra en mi cuerpo deleitado
por el dilatado cuerpo y la terminada tierra.

Se alegra,
cuando el goce yerra de objetos,
el buen gusto cae por su peso
y su pesada, a veces, digestión de sabor de hierro.

Subo al balcón,
a medio camino me deshice de las ropas;
capas, calcetines, espadas, armaduras...
Una vez hayas llegado hasta él,
te digo que hagas lo mismo,
te precipites a la tierra,
te coloques del aire de nube,
te despojes de tus piernas, brazos...
En fin, tu único bien material
y llegues aquí donde vivimos
con solo alma traviesa,
beberemos vino amigo,
beberemos vino.

Cuando nos embriagemos,
de nuevo nos saldremos del cuerpo de chapa y diesel,
despreciando una larga lista de placeres extranjeros,
por ejemplo,
beberemos más vino aún,
beberemos vino compañero.

De pronto sentiremos que los ojos
se tornarán blancas láminas,
plateados espejos,
para que se miren los demás.
Ofreceremos vino,
recogeré mi espada, mi capa,
y mi disfraz,
los brindaré junto a la copa.
Luego te diré lo que haré y harás.

Se escapa y la encuentro en labios,
miradas, gestos..
teniendo suerte en largos besos,
sordo tacto y fogosa piel.
Largos versos.

Aunque a veces,
su resaca sabor a hiel,
borra su amplio nombre,
por perezosa disposición ociosa
la vemos en el sillón acostada, relajada
y juguetona.

Me muestra, al ver el Sol,
sus dientes.

Felicidad.

E.M.G