Y vuelve, y vuelve

Una y otra vez, y una vez más,
el monstruo silente y apetitoso
de pensamientos,
hace lo que solo puede hacerme
Tarantina,
rezagarme y llevarme por las esquinas,
haciendo lo que él solo sabe,
la maldita hora de los huesos pensantes.

Y donde haya un hueco por el que tirarme,
cuchillos y risas por las que desangre.
No importa nada,
para eso está el artista,
y para eso le aplauden.

Ayer un torpe velo,
ayer una vez más,
hacía tiempo que no aparecía,
ese niño que doblega al hombre,
que se va escondiendo por las aceras,
sin voces que lo vean,
ni tactos que lo tranquilicen,
volvió a devolverle al monstruo lo que es del monstruo,
y a la vida lo que es de la vida.

Quiero decir, anoche cerca de su casa
cuando su luz leía,
me lloró la voz.

E.M.G